El Día de los tres pinchazos. Entrada 17.

El sábado pasado me presento detrás del polideportivo de Noia sobre las 9:30 horas. Sento, Toni, Toño, Diego, Buján y yo partimos y recogemos a Ramón en el "Campo de Noia". Atravesamos Bergondo en dirección a Argalo y tratando de evitar la carretera lo máximo posible, Sento nos lleva por senderos y callejuelas por encima del Obre. Enlazamos con la subida a San Lois por carretera y cogemos un ramal de tierra que nos lleva por encima de Boa y desde aquí por senderos hasta Miñortos, luego hacia la Gafa en donde tuvimos que parar a reparar un pinchazo en mi rueda trasera. ¡Qué casualidad! Había venido hablando con Sento de neumáticos (tratando de sacar valiosa información del mecánico oficial del grupo, je, je) y le había dicho que con los Continental Race King que llevaba sólo había pinchado una vez. Pues ya eran dos. Enlazamos con el campo de fútbol de Portosín en donde la salida en bici se convirtió en escalada en bici. Tremenda la cuesta que tuvimos que salvar durante un kilómetro más o menos, por desnivel y por la grava que restaba tracción a nuestras pedaladas. (Preparaos los que vayáis a la Marcha de los Sonbikers, creo que es el tramo libre... je, je). Hicimos el breve descanso del plátano y proseguimos una escalada más suave hasta llegar a la carretera que va de Moimenta a la base de Iroite, a un kilómetro más o menos de la Base. Allí comenzamos el descenso, por trialeras rotas y senderos entre tojales. Como podéis ver en el video, el descenso fué muy bonito, a pesar de que no tengo bien dirigida la cámara, pues apunta hacia abajo.
De repente me doy cuenta de que voy pinchado. No me lo puedo creer, otro pinchazo, esta vez en la delantera. Lo arreglamos en un tramo de carretera asfaltada mientras conocemos un poco más del país Helvético. Proseguimos enlazando con un tramo que ya habíamos hecho en sentido contrario hacía dos semanas, de trialeras resbaladizas y arroyos que cruzar, en donde ... ¡increíble!, pinché por tercera vez. Bajé como pude y en el cruce con la carretera Noia - Boiro, arreglamos el susodicho entre risas y barritas de cereales. Proseguimos la ruta hacia San Roquiño y allí, detrás de su iglesia seguimos un sendero ligeramente ascendente y luego no tan ligeramente descendente y muy embarrado que no pude grabar por no poder mantener durante cinco segundos la mano derecha fuera del manillar (tendría que haber parado para encenderla pues merecía haber sido grabado). De repente y tras 33 kms (el día del 3), el sol lució más y nos vimos entrando en Noia por San Lázaro, esta vez no tan embarrados pero igualmente liberados.
Conclusión: Pasarse al sistema tubeless es prioritario, no sólo por uno mismo, sino para no cortarle el rollo a un grupo entero. ¡Puñeteros toxos!
PD: el tercer pinchazo no había sido tal, se había estropeado la válvula, pero dos pinchazos en un día ... es demasiaaado!!
Jose Santos.